El sector constructor se declara en emergencia nacional por la paralización de obras y proyectos tanto públicos como privados por más de 35 días y advierte de despidos de personal a gran escala y cierre de empresas. Así lo indicó Franklin Pérez, presidente de la Cámara Bolivia de la Construcción (Caboco).
En un comunicado, la autoridad expresó que “sumado al estado de Emergencia Sanitaria que atraviesan nuestras empresas por más de 35 días de inactividad, la situación se ha vuelto insostenible, al punto de que los empresarios de la construcción se ven en la situación de optar por despidos de personal a gran escala, cierre de sus empresas y por ende la falta de cancelación a todo el sector económico que depende de nuestro rubro, sumando la no cancelación de varias obligaciones tributarias, bancarias, laborales y municipales que nuestras empresas tienen comprometido”.
El estrechamiento del sector de la construcción, es más que evidente en la presente gestión 2020; la construcción ya sufría una desaceleración económica donde debemos recordar que nuestro sector ha sido uno de los motores de la economía nacional, haciendo una retrospectiva al 2009, vemos que el aporte en el PIB era del 10.8%, uno de los sectores más fuertes en la economía boliviana, actualmente la Construcción está en descenso, en la gestión 2019 nuestro sector cerró con el 1.91% factor bastante bajo a comparación de otras gestiones. Esta situación sin duda alguna se agravará en la presente gestión por todos los problemas que se arrastran y ahora sumados a la pandemia.
El 7 de abril, después de una reunión a nivel nacional de emergencia y habiendo analizado las medidas emitidas por el Estado, “mismas que no son aplicables o viables para el apoyo, fortalecimiento y oportuna reactivación del sector de la construcción, nos declaramos en emergencia nacional, y sugerimos a la presidente del Estado, tomar en cuenta, lo siguiente”:
• La Construcción, se encuentra paralizada junto con sus 470 mil trabajadores, mismos que corren el riesgo de perder su fuente de vida, mientras se siga de la misma forma y en cuanto no exista un pago efectivo de todas las deudas pendientes con nuestro sector, que en varios casos exceden varios años de antigüedad.
• El Sector al verse relegado de las diferentes políticas de estado definidas en los últimos días, no pretende generar falsas expectativas laborales con sus funcionarios y mano de obra, como tampoco pretende seguir generando obligaciones tributarias, del sistema financiero y otras, por lo que las decisiones del cierre de muchas empresas por incumplimiento de compromisos contractuales por el Estado, Gobierno Nacional y Subnacionales, son una realidad que el Gobierno debe conocer, tampoco se podría tomar más compromisos con préstamos para pagos de salarios ya que no hay garantías de cobro de lo adeudado a la fecha, ni alguna programación de pagos por parte del estado.
• La reactivación de los trabajos no podrá ser posible si no se transparentan y regularizan las deudas, también se tienen que comprometer y garantizar los pagos oportunos, es decir, cada mes de acuerdo a la norma vigente por los proyectos que estén en ejecución. También se tendrá que tomar en cuenta por parte del Gobierno, que nuestro sector deberá implementar y dotar equipos y elementos de bioseguridad sanitaria, como también la capacitación de nuestro personal para evitar la propagación del virus en nuestras obras y para ello se necesita contar con liquidez para poder afrontar todas estas medidas.
• El alargamiento de la crisis y la falta de soluciones económicas, han provocado al sector constructor un aumento en los niveles de desconfianza del recurso humano, así también como en el sistema financiero y en nuestros proveedores entre otros.
Asimismo, Pérez manifiesta la necesidad de que se convoque de la manera más urgente a una reunión con el Sector de la Construcción, con la finalidad de establecer las estrategias necesarias para la reactivación de este importante rubro, “que es el único que puede dar estabilidad al empleo por ser un generador y dinamizador de bienes y servicios en más de 20 sectores de nuestra economía, caso contrario la inestabilidad e inseguridad jurídica que tienen las empresas provocará sin duda un panorama aún más catastrófico para la economía del país”
