El escenario es complejo. Se fusionan la falta de liquidez, de divisas y de combustibles, además no existe inversión pública en nuevas obras de infraestructura.
Verónica Muriel C.
El sector de la construcción, un motor clave para el desarrollo del país, atraviesa una serie de desafíos que impactan directamente en los cronogramas de ejecución de las obras de construcción por la falta de combustibles, de acuerdo con Raúl Solares, presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco).
Esta situación se debe a que muchas actividades de construcción dependen del suministro continuo de combustible para operar equipos y transportar materiales, lo que puede causar interrupciones y retrasos en la ejecución de obras.
Javier Arze, gerente general de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), indica que las empresas constructoras que tienen obras y que prestan servicios a entidades públicas, principalmente la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra, están encarando graves dificultades para trabajar por una sumatoria de factores; los más complejos son: la acumulación de deudas por planillas impagas, la falta de diésel y el incremento de precios de varios insumos y materiales, además de bloqueos en las últimas semanas.
Esto ha provocado que incurran en incumplimientos de pagos, por ejemplo con proveedores, banca y hasta prescindan de miles de trabajadores, con el grave impacto social y económico que esto implica.
Según el ejecutivo de Cadecocruz, las deudas con las empresas, solamente de la Alcaldía de Santa Cruz, oscilan entre los Bs 350 y 380 millones, y muchas ya cumplieron hasta un año, a pesar de los innumerables compromisos de pago incumplidos que en su momento fueron realizados por el propio alcalde cruceño y los secretarios de las diferentes reparticiones.
“Las planillas impagas colocan en riesgo de insolvencia a las empresas, puesto que tienen su capital parado en esas cuentas por cobrar y no existe certeza sobre la fecha de pago y/o de recuperación”, advierte.
La falta de divisas se suma a los problemas. Más del 80% de los materiales e insumos que se utilizan en la construcción son importados. Sin acceso suficiente a los dólares, las empresas enfrentan serios obstáculos para adquirir materiales esenciales y además con precios elevados.
PANORAMA CRÍTICO
Frente a esta situación, a decir de Javier Arze, algunas empresas están disminuyendo el ritmo de las obras, refinanciando créditos y pagos a proveedores, gestionando ampliaciones de plazos y extremando esfuerzos por optimizar costos para continuar trabajando.
Lamentablemente, para la mayoría de las empresas el panorama es más crítico, están rescindiendo contratos de obras, reduciendo personal al mínimo, incluso analizando la alternativa de cerrar.
Para el presidente de la Caboco, Raúl Solares, la paralización de obras o la disminución en la actividad constructiva afectará significativamente la contratación de mano de obra, tanto en trabajos directos (obreros, técnicos, ingenieros) como en actividades indirectas (transporte, proveedores, entre otros).
Asimismo, la presión financiera sobre las empresas podría llevar a recurrir a esquemas informales de empleo, afectando las condiciones laborales, los derechos de los trabajadores y la estabilidad del empleo en el sector. Consecuentemente esto afectaría a la pérdida de capacidades técnicas por la reducción de personal calificado debido a despidos masivos, lo que podría derivar en la pérdida de talento humano especializado, afectando a la calidad y eficiencia del sector a largo plazo.
Por otra parte, dado que el sector tiene un fuerte impacto en la generación de empleo indirecto, sectores relacionados como el transporte y los proveedores de insumos y materiales también sufrirán una disminución en la demanda de mano de obra, agravando el desempleo general en el país.
Otro efecto negativo es que las micro y pequeñas empresas del sector, que representan una importante fuente de empleo, podrían enfrentar la posibilidad de cerrar operaciones ante la imposibilidad de sostener sus costos.
El problema de las planillas impagas que data de varios meses atrás, al que se sumaron la escasez de combustibles y de divisas, está provocando que se pierdan miles de empleos en la construcción. De acuerdo a la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística, en enero de este año 423.000 personas trabajaban en la construcción en las zonas urbanas del país y en agosto (el dato oficial disponible más actualizado) se registraron 359.000 trabajadores en el sector. Estos datos evidencian que solo en los primeros ocho meses del 2024, se perdieron 64.000 fuentes de empleo directo en el sector, lo que agudizará la crisis económica y social que vive el país.
“Con certeza esta cifra se elevó notablemente a la fecha, considerando que los problemas se agravan cada día y que muchas empresas están encarando una alta probabilidad de cierre”, lamenta Arze.
¿CÓMO HACER FRENTE A ESTA SITUACIÓN?
Los ejecutivos de Caboco y de Cadecocruz coinciden en la necesidad de políticas que garanticen el acceso a carburantes y dólares para evitar que la crisis continúe profundizándose.
La autorización para que los privados puedan importar y comercializar combustibles que gestionaron instituciones de diferentes sectores de la región, entre ellas Cadecocruz, aliviará la crisis, siempre que efectivamente se apliquen procedimientos ágiles, se elimine la duplicidad de trámites y otros requisitos que hacen moroso y excesivamente burocrático el proceso para los privados. La disponibilidad inmediata de divisas para importar combustibles, es otro factor imprescindible.
En el caso concreto de la Alcaldía de Santa Cruz, Javier Arze considera igualmente fundamental que cancele sus deudas, que deje de licitar nuevas obras si antes no cumple sus compromisos de pago con las empresas constructoras y de servicios.
De igual manera, para el mediano y largo plazo sugiere que se requieren soluciones estructurales que abarcan desde mayor inversión pública en infraestructura, concesiones, incentivos para la construcción sostenible y para el cambio de matriz energética, políticas para captar financiamiento internacional destinado a la infraestructura sostenible.
A su vez, Raúl Solares identifica las siguientes soluciones, a tiempo de hacer hincapié en que requieren un trabajo conjunto entre el sector público, privado y las organizaciones representativas:
– Facilitar incentivos fiscales y financieros: Proponer alivios tributarios temporales, con el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN); Liberación de aranceles para la importación de materiales de construcción en un periodo de 1 año, para aliviar el alza de costos de materiales
– Renegociar plazos contractuales.
– Fomentar el uso de tecnologías más sostenibles: Incentivar la transición hacia equipos y maquinaria que utilicen fuentes de energía alternativas, como electricidad o biocombustibles.

