
En los últimos cinco años, Cochabamba ha mantenido un ritmo de construcción más lento que otras regiones del país; sin embargo, continúa ubicándose entre las tres primeras a nivel nacional, con cerca de 650.000 m2 en permisos de edificación en la capital y el eje metropolitano.
El sector de la construcción en Cochabamba atraviesa una ralentización significativa, reflejo de la coyuntura económica nacional con afectación en los ámbitos de edificaciones privadas y en infraestructura pública.
Raúl Solares Rivero, presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), advirtió que el sector se enfrenta a factores que están frenando la actividad tanto a nivel nacional como en Cochabamba, entre ellos el incremento de precios de materiales y equipamiento de construcción, escasez de combustible y de divisas, y en el ámbito de la construcción de obra pública además se tiene la falta de pago oportuno por trabajos ejecutados y aplicación deficiente e insuficiente del ajuste de precios.
Esta situación no solo encarece los costos y retrasa cronogramas, sino que también frena la ejecución de inversiones públicas y privadas, golpeando directamente la dinámica de la construcción.
De no adoptarse medidas urgentes, la coyuntura económica nacional podría llevar a la industria de la construcción a un colapso sin precedentes, con graves efectos en la generación y sostenimiento del empleo.
A nivel nacional, se estima que la creación de nuevos puestos de trabajo se ha reducido entre un 30% y un 35% en comparación con el año pasado. Esta situación ya fue advertida por la Caboco, que el pasado 8 de septiembre declaró en conferencia de prensa el “Estado de Emergencia” del sector.
La falta de inversión pública y la reducción de licitaciones en Cochabamba golpean con fuerza a la construcción, limitando el desarrollo de proyectos de infraestructura y reduciendo la demanda de servicios vinculados, con un impacto directo en la economía y el progreso del departamento. Un ejemplo de ello es la situación de la Gobernación, que a inicios de este año informó no contar con los recursos suficientes para ejecutar nuevos proyectos de inversión en 2025 y que solo se limita a concluir algunas obras iniciadas en 2024.
El sector público abocado al desarrollo de infraestructura muestra mayor contracción debido a restricciones presupuestarias y baja ejecución de inversión. Por otra parte, el sector privado mantiene cierta actividad en proyectos habitacionales y comerciales.