Su economía se convertirá en manufacturera. Su crecimiento generará mayores procesos de transformación de materias primas.
Arturo Martínez
Santa Cruz de la Sierra es una ciudad de 462 años, pero cuyos grandes cambios le sobrevinieron recién en las últimas siete décadas.
La urbe entró en un proceso de modernización a partir de 1970. Hoy es un polo de desarrollo con desafíos y perspectivas de crecimiento.
La capital cruceña es una metrópolis, especial. “Nos ha llegado muy de golpe, se convirtió en los hechos en una metrópolis sin saberlo, ahorita Santa Cruz es una metrópolis pero que no sabe que es metrópolis y que sigue todavía pensando y razonando en términos de pueblo, entonces nos ha caído muy de golpe, nos ha caído muy encima”, dijo el urbanista Fernando Prado a Construmarket.
El desarrollo y el esfuerzo de sus habitantes han otorgado a la ciudad esa categoría. Se denomina así a la concentración urbana más importante de un territorio, por extensión e intensidad de ocupación.
La capital cruceña está en franco crecimiento económico, pero también un alto crecimiento poblacional. “Esto hace que no se genere una mejora significativa del PIB per cápita. Por otro lado, las trabas por parte del gobierno nacional frenan la potencialidad del mismo, aun así el crecimiento de Santa Cruz es imparable”, destacó Juan Pablo Suárez, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz.
Fernando Prado, urbanista
El primer plan de la región metropolitana cruceño fue realizado en 1978. La Prefectura contrató al Cedure, que elaboró el Plan del Área Metropolitana definiendo lo que es la región metropolitana, incluyendo a los municipios Porongo, La Guardia, Cotoca y Warnes, pero lamentablemente era muy temprano y nadie le dio importancia.
Prado entiende que ese vacío gesta dos desafíos para los cruceños. “Uno es entender el cambio de escala que ha habido, entender que hay problemas que no vamos a resolver en términos estrictamente de municipios y el otro desafío es que los gobiernos municipales de esta región metropolitana parece que no han leído la Constitución Política del Estado”, añadió.
La carta magna asigna 43 competencias a las autoridades ediles. Las alcaldías ya no son lo que eran antes, hay atribuciones que no están cumpliendo y la gente no se las exige porque tampoco sabe que debería ver problemas de empleo, desarrollo económico, salud y cultura.
Santa Cruz crece porque tiene todas las condiciones para ser una ciudad grande. Tiene todos los términos para que su capital inmobiliario invierta porque es una región con una gran vocación capitalista, no tiene los frenos que tiene la zona altiplánica donde son más importantes el sindicato, las comunidades y los ayllus.
Su región tiene una vocación liberal, tal virtud ha hecho de que mucha gente invierta. “Se crea el mercado inmobiliario, se crea el capital inmobiliario, esos términos y esas realidades son las que han determinado una expansión grandísima de la ciudad pero como es un capitalismo sin control obviamente que ha empezado a generar grandes problemas porque ha nacido la especulación inmobiliaria, la especulación con el suelo urbano, el costo elevado de la tierra”, acotó Prado.
La gente pobre que arriba a la capital cruceña ya no consigue dónde ir a vivir. Obtiene casa por el décimo anillo o en el kilómetro 12 a Warnes. Sabe que va a trabajar en el mercado La Ramada y sin embargo tiene que vivir en lugares alejados.
Su mercado inmobiliario no ha tenido un control de parte de los gobiernos municipales. Su urbanismo fue desregulado, muy dinámico, muy fuerte, muy expansivo pero poco equitativo, lo que ha generado grandes zonas de pobreza y riqueza que antes no existían, porque antes había un equilibrio entre los ciudadanos.
Las diferencias son notorias, si se va al norte hay urbanizaciones cerradas, en el sur son casi todos pobres con núcleos ricos. “No se ha creado lo que se llama la segregación socioespacial, se ha vuelto una ciudad segregada desde el punto de vista socioespacial de la ubicación social, ese es el gran problema, como expansión no había ningún problema, la calidad arquitectónica es excelente, es muy buena, se ha generado una buena arquitectura, tecnología de punta, realmente hay edificios que tienen altísima tecnología, o sea todo eso es característico de una ciudad que ha sido beneficiada por el capitalismo inmobiliario”, acotó Prado.
Cuatro hitos urbanísticos han marcado la historia de Santa Cruz: El primero fue el Plan Techint de 1960, contratar una consultora para que dé los primeros lineamientos urbanísticos, pero también hizo los diseños de ingeniería para el agua potable y el alcantarillado, se arrancó con grandes planes, pero se cambiaron muchas cosas; en 1977 se hizo lo que se llamó el Plan Director Ampliado, se salió del cuarto anillo y se hizo una gran zona norte, una gran zona hacia el sudoeste, lo que es la Doble Vía a La Guardia y otra zona que llegaba hasta la Villa Primero de Mayo hacia Cotoca; el Plan 1995, de 1995 que habla de cambio de escala, la capital cruceña cambió de escala, significaba que la ciudad se conformaba por distritos, las subalcaldías y se generaron grandes equipamientos urbanos a la nueva escala; el último plan es el PLOT de 2005 que identifica una serie de proyectos importantes que había que llevarlos adelante, como el plan del cordón ecológico, un plan para los cañaverales del ingenio San Aurelio y la recuperación del centro histórico, de los que se ejecutaron solo el 20%.
La ciudad tiene buenas perspectivas, por ejemplo a 10 años. “Probablemente, en el departamento tengamos a cerca de la mitad de la población del país, la economía irá paulatinamente convirtiéndose en manufacturera, no es que el sector agropecuario disminuya, sino que el crecimiento generará mayores procesos de transformación de materias primas”, finalizó Suárez.