Es evidente un inclinamiento a los inmuebles tipo departamento en el interior del país, mientras que en Santa Cruz las casas siguen predominando para ventas; pero, para alquileres los departamentos son los más cotizados.
Eliana Ferrufino A.
En un balance del mercado inmobiliario boliviano de 2022, expertos en el rubro informaron que este año se tuvo altas y bajas, pero prevalecieron las buenas noticias. El año estuvo marcado por el crecimiento y consolidación, además hubo una recuperación en precios a comparación de otras gestiones.
“En Bolivia, el mercado inmobiliario ha crecido en la última década, tendió a una recesión en 2020, con una bajada del 10% en precios de venta y 30% en alquiler. En 2022, casi se han recuperado los precios prepandemia. Se esperaba que alcancen los mismos niveles de 2019 pero no fue así, si bien ha subido no ha logrado los niveles esperados”, dijo Carlos Terrazas Cortez, presidente de la Cámara Nacional Inmobiliaria de Bolivia (CNIB).
Para RE/MAX Bolivia, el balance de esta gestión es gratamente positivo, porque registró un crecimiento del 16% en comparación a la anterior. De esta manera, confirman otro año más que el negocio formal de los bienes raíces es cada vez más solicitado por el cliente, ya que le genera una mayor confianza a la hora de realizar una transacción que normalmente puede llegar a representar una de las compras más importantes de la vida de una persona.
“Es de notar que estamos agradecidos por el crecimiento llevado en 2022, año en el que, a pesar de los conflictos sociopolíticos y sanitarios, podemos decir que la población boliviana sigue realizando negocios y sigue confiando en el negocio de intermediación inmobiliaria”, contextualizó su presidente, Oliver Viera.
El asesor inmobiliario de El Faro, José Luis Añez, coincidió con que esta gestión se tuvo consolidación y crecimiento en Santa Cruz. Es claro que la forma de comercializar bienes inmuebles ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años, en los que la presencia y la promoción eficaz en las plataformas digitales es crucial.
“En general, los efectos de la pandemia se están haciendo sentir. Hubo muchas familias que fueron afectadas económicamente y, a pesar de la reprogramación de los créditos, se vieron obligados a venderlas, lo que ha generado una presión para vender, que se traduce en más inventario en el mercado, y por ende una baja de precios”, manifestó Añez.
Al mismo tiempo, después de la pandemia hubo un crecimiento en la oferta con mayor número de proyectos de viviendas nuevas en el mercado. Por el lado de la demanda, la gente local está optando por esperar tiempos mejores para cambiar su estado de vivienda y está posponiendo sus planes.
Lo que sí se ha notado es que hay un gran número de familias de otras ciudades del país, e incluso del exterior de Bolivia que ha elegido a Santa Cruz de la Sierra como su nuevo hogar. Sin embargo, en términos generales, hay más oferta que demanda en el mercado, y esto está haciendo que los precios tiendan a bajar.
“Asimismo, hay incertidumbre generada por el ámbito político y económico macro económico del país, que hace que los inversionistas actúen con cautela. El paro de 36 días, en el que hubo muy escaso movimiento, trajo consigo una desaceleración en las transacciones inmobiliarias. Comparativamente, estamos a un 40% de la demanda de hace un año, cuando estábamos en plena pandemia”, acotó.
El presidente de Century 21 Bolivia, Ives De Chazal Velarde, aseguró que fue un buen año y hubo crecimiento en el rubro; clara cosecha del gran trabajo que se viene realizando, donde se destaca el servicio y el valor agregado que entrega la inmobiliaria. A pesar del paro cívico en Santa Cruz, contará con un crecimiento en comparación al 2021 del 75% aproximadamente.
TENDENCIAS DE DESARROLLO EN EL EJE TRONCAL
Según la CNIB, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra se construye más de un millón y medio de metros cuadrados cada año, que equivale al 40% de la superficie que se construye en el eje troncal del país. En la ciudad de El Alto, la tendencia de desarrollo se encuentra en aumento y se proyecta que el 2023 crezca aún más.
“En la capital cruceña es notable el número de desarrollos inmobiliarios verticales. También hay un crecimiento en la oferta de inmuebles construidos por desarrolladores privados en condominios pequeños y casas sueltas. Se ve también una sobreoferta de lotes y terrenos en la periferia de la ciudad. Mucha gente que compró terrenos para engorde está poniéndolos nuevamente en el mercado, incluso con precios iguales o menores de los de su compra”, manifestó Añez.
“En líneas generales, vemos un inclinamiento a los inmuebles tipo departamento en el interior del país, mientras que en Santa Cruz las casas siguen predominando para ventas, pero, para alquileres los departamentos vienen siendo los más cotizados. Existe un fenómeno de crecimiento de departamentos en el eje troncal gracias a la tendencia de construcción vertical, a diferencia del crecimiento horizontal que caracterizó la pasada década”, recalcó Viera.
A su turno, De Chazal enfatizó la tendencia clara a la migración a las ciudades del eje troncal, pero principalmente hacia Santa Cruz, lo que permite encontrar soluciones y brindar sus servicios a cada vez más personas alrededor del país. “Actualmente tenemos presencia en ocho de las nueves capitales de los departamentos de Bolivia, lo que hace que seamos la red inmobiliaria más grande del país”, añadió.
FORTALEZAS Y DIFICULTADES DEL 2022
Viera mencionó varias fortalezas:
- Existe una recuperación y regularización de los precios de bienes inmuebles perdidos intra y pospandemia.
- Existe un incremento en la cantidad de transacciones registradas en relación a la pasada gestión.
- Existe un crecimiento en el número de agentes asociados formales trabajando en el rubro de los bienes raíces, esto ocasiona una mayor cantidad de transacciones con asesoramiento profesional más cercano.
- Existe un incremento en el precio promedio de venta de bienes inmuebles en el país, lo que refleja la seguridad de inversión que representa el rubro.
- Hay mayores posibilidades de acceder a un crédito bancario. El crédito de vivienda social fue bastante importante para apoyar al dinamismo del sector inmobiliario.
“Como en pasadas gestiones, los constantes problemas sociopolíticos de nuestro país, las consecuencias aún vivas de las crisis sanitarias y la falta de celeridad en los trámites administrativos relacionados a los bienes raíces fueron las principales dificultades que tuvo que afrontar el mercado boliviano. Pero, tal y como lo mencionamos antes, el mercado hoy es muy fuerte y puede sobrepasar estas situaciones externas que lo perjudican parcialmente”, comentó.
Una gran fortaleza, de acuerdo con De Chazal, es el mix de inventario, es decir la variedad de opciones que se pueden encontrar en el rubro, es mucho más nutritiva que en otros mercados inmobiliarios similares. Esto permite contar con un inventario muy atractivo para los clientes y al mismo tiempo dar una mejor respuesta a quienes confían sus inmuebles para comercializar.
“Nuestro logro es haber conseguido posicionar Century 21 en Bolivia como la marca inmobiliaria más prestigiosa del país en tan solo cinco años y medio, y convertirnos en los líderes del mercado en este tiempo. Esto nunca hubiese sido posible sin el logro de contar con la calidad humana que forma parte del equipo, ya que ahora mismo contamos con más de 800 asesores inmobiliarios y 44 oficinas alrededor del país”, opinó.
Sobre las dificultades, señaló dos aspectos: la primera es la influencia de la banca en las transacciones inmobiliarias; desde los inicios de la cuarentena en el año 2020, los temas de la banca, reprogramación de cuotas y otros detalles que se ven reflejados de forma directa en el rubro, y para este año no fue excepción. El segundo punto fue la coyuntura sociopolítica, que no deja de generar incertidumbre en la economía y afecta de forma directa también al rubro; en particular el paro cívico que repercutió de forma directa en la operatividad diaria.
Añez ponderó que una principal fortaleza es el empuje del empresario y desarrollador inmobiliario en Santa Cruz que, impulsado por la economía propia que viene desarrollando el departamento, está apostando por buenos y mejores días. Obviamente, este empuje viene de un análisis de lo que es Santa Cruz y de su movimiento económico.
“Salimos de la pandemia y la recuperación fue lenta durante el año en términos de demanda. Sin duda, la pandemia trajo grandes consecuencias para mucha gente que tenía créditos bancarios y no pudo sostenerlos, teniendo que vender o rematar sus viviendas. Ahora se ve más publicidades del tipo: ‘Antes $us xxxx, ahora $us zzzz’, donde zzzz es por lo menos un 10% menor que el precio original de xxxx”, expuso.
Las casas están mucho más tiempo en el mercado, al no venderse con las expectativas originales se las ofrece a menor precio. Basta ver los portales inmobiliarios o publicidades en las redes para comprobar esto. Luego vino el paro, que afectó mucho más a los potenciales vendedores que se ven presionados por vender para asumir sus compromisos.
“Estamos entrando a un mercado de compradores, en el que tiene la posibilidad de comprar quien dicta los precios. En general, un propietario de un bien inmueble no quiere vender, pero tiene que vender”, lamentó.
Terrazas añadió que el mercado inmobiliario en Bolivia se recupera lentamente luego de la caída sufrida a causa de la pandemia de Covid-19, que generó una reducción en la demanda de propiedades en venta, por este motivo los precios descendieron de un 5 a 10% en algunos casos.
OFERTA Y DEMANDA DE INMUEBLES
“Nos encontramos actualmente en un mercado de compradores, es decir contamos con sobreoferta de inmuebles en muchos de los segmentos de mercado y los tipos de producto que se ofrecen en el rubro. Es por esta razón que es la demanda quien tiene la libertad de decisión al momento de hacer una oferta por el inmueble. En Century 21 Bolivia, contamos con todas las herramientas necesarias y el know how en el rubro, para capacitar a nuestros asesores y a todo el personal, con el objetivo de atender de la mejor manera y brindar el mejor servicio profesional tanto a compradores como vendedores”, dijo el presidente de la inmobiliaria.
En cuanto a RE/MAX Bolivia, el comportamiento de la demanda de su inventario de inmuebles tiene una tendencia diferente, porque para lo que son alquileres, la demanda que tuvo sobre la mayor cantidad de inmuebles en alquiler a nivel nacional es: local comercial, departamento y casa. En ventas, la demanda sobre la mayor cantidad de inmuebles en alquiler a nivel nacional es: casa, departamento y terreno.
Para El Faro Inmobiliaria, por el lado de la demanda, este cuadro de la tendencia de búsqueda del término “casas en ventas Santa Cruz”, limitado geográficamente a Santa Cruz de la Sierra en Google trends y de los últimos 5 años es elocuente.
“Se ve claramente que hasta los inicios de la pandemia había un movimiento mayor que después de la pandemia. ¿Cuánto mayor? Estimo que un 20%, que bajó un 20% adicional durante el 2022. Las épocas doradas prepandemia, que ya eran menores que antes del 2017, están lejos”, expresó Añez.
Indicó que mucha gente que compró su bien inmueble hace cinco años se está dando cuenta de que lo compró caro y si tiene que vender ahora, se tiene que resignar a precios menores para lograr vender por los motivos expuestos: mayor oferta y menor demanda. Hay excepciones de casas y departamentos que mantienen sus precios debido a su ubicación dentro de la ciudad, o la alta calidad de sus construcciones.
Un punto destacado por las fuentes fue el tiempo promedio en la venta de inmuebles. Según Añez, como regla general, si un inmueble sale al mercado con el precio correcto, y si tiene una muy buena difusión y promoción, se debe vender en 90 días o menos. El tema es que toma tiempo que los propietarios de viviendas de segunda ocupación acepten la realidad de que sus bienes están compitiendo con casas nuevas a mejores precios, y a veces toma un año o más en venderse.
“Es común escuchar que un propietario busca vender al precio que pagó, más lo que invirtió en mejoras, más la plusvalía percibida, pero la realidad es otra. Una cosa es lo que costó, otra es lo que el mercado está dispuesto a pagar. Los bienes inmuebles nuevos ya vienen con precios menores porque los desarrolladores están conscientes de la baja de precios y ajustan sus presupuestos y expectativas a la nueva realidad para poder salir al mercado”, expresó.
Un bien inmueble nuevo se vende más rápido que uno de segunda ocupación, ya que el desarrollador tiene que rotar inventario y se ajusta más rápido a la realidad que un propietario que pagó precios bajo una realidad diferente en el pasado.
“Es difícil de dar un dato preciso al respecto; sin embargo, está en función del precio de mercado de los inmuebles. En resumen, si el inmueble ingresa en oferta en el precio más correcto y asertivo cuenta con una mayor probabilidad de venderse más rápido. En Century 21 contamos con una herramienta que se llama AMC (Análisis de Mercado Comparativo) que ayuda a identificar precios de cierre de inmuebles con características y zonas similares para comparar el costo de un inmueble con criterios de cierre de transacciones que se hayan materializado en los últimos meses”, explicó.
Esto no reemplaza el avalúo de tasación del inmueble, más al contrario, ayuda a comparar el valor comercial con el precio estimado de venta del inmueble y tener mejores criterios al momento de identificar el valor de oferta en el mercado, por lo tanto hay esperanza de un mejor tiempo de venta.
¿Y LOS PRECIOS?
“Los precios del 2022 están entre un 10 a un 15% más bajos que el 2021, la tendencia es bajar aún más por los motivos expuestos: mayor oferta y menor demanda. Quien dicta los precios es el mercado y la tecnología pone literalmente en las palmas de nuestras manos la información del mercado”, enfatizó Añez.
Terrazas agregó que este año los precios se han recuperado en casi todas las zonas y ciudades de Bolivia, no como se esperaba con los precios del 2019, pero ha mejorado, con excepción de los alquileres para oficinas y empresas, que se tiene la expectativa que lleguen a niveles prepandemia en 2023. “Se prevé un crecimiento inclusive más alto durante ese año, por la recuperación que podría darse desde el primer trimestre, una vez pase esta ola de pandemia, aunque esto es bastante incierto”, alertó.