El mercado inmobiliario continúa siendo una de las mayores propuestas de inversión a mediano y largo plazo, asegurando la plusvalía de los terrenos en el país.
Verónica Muriel C.
El sector inmobiliario ha sido históricamente considerado como un refugio seguro. Aunque los mercados pueden fluctuar y experimentar altibajos, el atractivo de la inversión en bienes raíces perdura a lo largo del tiempo.
Bolivia no es la excepción. Pese a los desafíos económicos de este año que se va, el mercado inmobiliario en el país ha demostrado resiliencia.
La Cámara inmobiliaria de Santa Cruz informó que el 2023 ha sido un año con similar comportamiento al del 2022 a pesar de la compleja coyuntura económica del país, marcada por la intervención de una entidad financiera en marzo del 2023 y por la escasez de dólares americanos a causa de la drástica caída de Reservas Internacionales Netas en el Banco Central de Bolivia.
“A esos antecedentes debemos sumar la presión fiscal, la informalidad de la economía, la reducción de las calificaciones de riesgo del país. A pesar de todo ello, el 2023 acabará como un año de resiliencia y de fortaleza”, dijo Franz Rivero Arce, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Santa Cruz (Caincruz).
Para Oliver Viera, presidente de RE/MAX Bolivia, este año ha sido muy cambiante, presentó un incremento de la oferta de propiedades comerciales y residenciales, así como un incremento de la demanda de terrenos y alquileres.
El ejecutivo coincidió en que el cierre de un banco repercutió bastante al retrasar la aprobación y desembolso de créditos para proyectos inmobiliarios y de créditos de vivienda. De igual manera, refirió que la falta de dólares en el país y el incremento del precio del mismo en el mercado negro, generó que los propietarios exijan dólares a los compradores, por lo que en los primeros meses muchas transacciones no se concretaron. Al mantenerse esta situación por varios meses, ambas partes tuvieron que negociar y ceder.
Rivero destacó que hubo una rápida adaptación a las nuevas condiciones del mercado de bolivianización de las operaciones inmobiliarias a causa de la escasez de dólares y la intervención de un banco.
UN SECTOR QUE NO PARA
Pese a la coyuntura económica, se aprecian casas en construcción dentro y fuera de condominios, edificios pequeños, medianos y grandes, algunos locales comerciales.
“La construcción, que es parte importante del sector inmobiliario, continuó la ejecución de buena parte de los proyectos iniciados el 2022, principalmente, edificios en propiedad horizontal para vivienda y otros pocos para uso comercial”, dijo Rivero.
Indicó que hay casas y departamentos en construcción para los estratos socioeconómicos bajo, medio y alto, y algunos proyectos ya se están enfocando en comunidades o tribus urbanas, como los solteros y personas de la tercera edad, es decir, ya hay proyectos más especializados y las constructoras se están dando cuenta que pueden dejar de construir inmuebles genéricos o commodities.
De acuerdo a los reportes de los asociados a Caincruz, los alquileres y la venta de ciertos inmuebles, principalmente en preventa, tuvieron una rotación favorable en buena parte de clientes del interior que buscan trasladarse a la capital cruceña o que habitan la ciudad y tienen capacidad económica para afrontar una propiedad inmobiliaria adicional.
La otorgación de créditos de vivienda social al 100% ha sido limitada esta gestión, y la mayoría de los financiamientos de vivienda social han rondado el 70% del valor avaluado del inmueble a un plazo promedio de 20 años, situación que era más benigna en gestiones pasadas.
A pesar de ello, algunos clientes han optado por el crédito hipotecario usual para financiar la compra de su vivienda.
PERSPECTIVAS Y OPORTUNIDADES
El 2024 al ser un año preelectoral en Bolivia, se plantea aún más complejo que el 2023. La población en Santa Cruz seguirá buscando inmuebles para compra, alquiler o anticrético, seguramente ampliando o reduciéndose de acuerdo a sus posibilidades y eso es positivo porque ayuda a dinamizar la ralentizada realidad económica del sector inmobiliario, que entre la construcción, la provisión de materiales de construcción e insumos, la mano de obra, los intermediarios, algunos profesiones como arquitectos, ingenieros, abogados, contadores, la banca y seguros, genera numerosos empleos directos e indirectos.
La Cámara Inmobiliaria de Santa Cruz recomendó a los inversores y al mercado inmobiliario en general, que acudan a un corredor o asesor inmobiliario afiliado a la institución para que puedan guiarlos en las decisiones de compra, alquiler o anticrético de inmuebles, sea cuando acudan a ellos de forma inmediata, o posiblemente esperando un tiempo para saber cómo se comporta el mercado.
“Si bien los años pre-electorales son motivo para esperar resultados y tomar decisiones, en otros casos esa espera puede significar perder una oportunidad única; el sector inmobiliario es un refugio de capital que históricamente ha ayudado a preservar y generar riqueza, no es el único, pero si uno de los más seguros”, refirió Rivero.
