La ampliación de la planta de Arvika refuerza el compromiso de Volvo de construir un futuro más sostenible sin combustibles fósiles. La producción de cargadoras eléctricas tiene lugar en una planta reconocida por minimizar el impacto ambiental de sus operaciones.
La inauguración simboliza otra fase de la inversión estratégica global de Volvo CE en soluciones sostenibles, reforzando su compromiso de reducir las emisiones de carbono de sus clientes. Se trata de otro hito en la trayectoria de transformación de la marca, que tiene el objetivo de ser completamente libre de combustibles fósiles en 2040, con un 35% de ventas de máquinas eléctricas en 2030.
Las nuevas y modernas instalaciones se inauguraron oficialmente con la distinguida presencia del príncipe Carl Philip, miembro de la familia real sueca y duque de Värmland, región donde se encuentra la fábrica de Arvika. El edificio, que ocupa unos 1.500 m², se construyó en menos de un año, fruto de una inversión de 65 millones de coronas suecas (unos 6,3 millones de dólares). Las instalaciones incluyen un centro de pruebas, producción y acabado de máquinas, en continua innovación. Los visitantes tendrán la oportunidad de probar los nuevos modelos recién salidos de la cadena de montaje.
Durante su visita, el Príncipe Carlos Felipe no sólo conoció las instalaciones, sino que también probó la Volvo L110, uno de los modelos que allí se producen. El evento fue organizado por la agencia gubernamental sueca Länsstyrelsen y contó con la asistencia de todos los empleados de la fábrica.
Melker Jernberg, presidente de Volvo CE, destaca la importancia de las nuevas instalaciones: “Esta planta es una inspiración para un futuro basado en soluciones sostenibles. Estamos orgullosos de estar a la vanguardia de esta transformación, invirtiendo no sólo en Arvika, sino en un cambio global hacia la electrificación. Juntos avanzamos hacia un mundo de máquinas libres de combustibles fósiles”.
Transformación y Sostenibilidad
La inauguración de las instalaciones representa el primer paso en la producción de modelos eléctricos en Arvika. Pero la planta ya viene aplicando diversas iniciativas para reducir su huella de carbono. En los últimos años, estos esfuerzos han llevado a la reducción de 350 toneladas de emisiones de CO2. Mikael Liljestrand, director general de la planta, subraya: “La acción por el clima no es nada nuevo para nosotros aquí en Arvika. Pero es emocionante ver cómo nuestra visión se hace realidad con estas nuevas instalaciones. Ahora contamos con la estructura necesaria para impulsar la electrificación y ampliar nuestra creciente cartera global de cargadoras eléctricas. Este impacto será positivo tanto para nuestro sector como para la sociedad. También representa un viaje personal para cada uno de nosotros en Arvika, donde todo el mundo juega un papel importante en la construcción de un futuro más sostenible”.
La inversión forma parte de la estrategia amplia de Volvo CE para promover soluciones eléctricas en sus operaciones globales, aportando beneficios directos a los clientes en diversas regiones del mundo.