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Santa Cruz, ciudad dispersa entre luces y sombras

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La mancha urbana se expande sin organización y sin una planificación que trascienda los límites municipales.

Verónica Muriel C. 

A 463 años de su fundación, Santa Cruz de la Sierra se constituye en una ciudad joven, dinámica, que tiene entre sus potencialidades a su gente, su ubicación geográfica y su vegetación pródiga, entre otras. No obstante, “vive el drama de un crecimiento acelerado, donde los problemas no se resuelven, sino que se están acumulando y haciéndose cada vez más grandes”, de acuerdo con Fernando Prado, urbanista y director del Cedure.

A decir del experto, se está urbanizando en exceso mucho más de lo que necesita la población, hay un fenómeno de especulación inmobiliaria que está distorsionando la ciudad, su crecimiento e incluso el mercado inmobiliario.

El arquitecto Jimmy Toledo define a Santa Cruz como una ciudad difusa, que se extiende más de lo necesario sobre el territorio, “comiéndose” espacios productivos y áreas naturales necesarias para la calidad de vida de los habitantes, además con bajas densidades que hacen que los servicios y el transporte se encarezcan, todo eso incide de manera negativa en la calidad de vida de las personas.

EN CALIDAD DE URGENTE

Debido a la constante migración, Santa Cruz ha crecido de manera rápida y descontrolada, por lo que se enfrenta a varios problemas.

“No estamos encarando el problema de tener un sistema de transporte público mínimamente decente, eso es fundamental, sino la ciudad se va a paralizar. Con un buen sistema de transporte público incluso gente de clase media que tiene vehículo preferirá éste”, expresó Prado.

A su vez, Toledo manifestó que las necesidades urgentes de la ciudad tienen que ver con el transporte y el drenaje para asegurar la seguridad de sus habitantes y también preservar de posibles contingencias, enfermedades.

Otro problema es el abastecimiento, que genera la falta de respeto a los espacios públicos. “Si usted no tiene un buen sistema de abastecimiento va a aparecer el comercio ambulante, porque los mercados van a rebalsar y las calles van a ser ocupadas; todo ese desorden en Santa Cruz es porque no está desarrollado el proyecto del sistema de abastecimiento popular de los mercados, ese es el otro gran tema importante que se debe desarrollar”, indicó Prado.

“Del 100% de viviendas que hay en Santa Cruz, un 70% es de mala calidad”. (Fernando Prado, urbanista y director del Cedure)

La calidad de la vivienda es otro tema preocupante. En las zonas periurbanas construyen sus viviendas donde pueden y de acuerdo a sus necesidades habitacionales. La falta de apoyo técnico y económico hace que no puedan acceder a una vivienda digna. “Del 100% de viviendas que hay en Santa Cruz, un 70% es de mala calidad, no tiene un buen servicio de inodoro, no tiene energía eléctrica o tiene una instalación que puede provocar incendios por corto circuito, la casa se encuentra en una zona sin alcantarillado, un techo que no le protege de la lluvia”, afirmó Prado.

Además, está el tema del abandono del centro histórico, que representa un valor económico y turístico para la ciudad, pero no es aprovechado.

“PLAN ESTRATÉGICO DE DESARROLLO URBANO”

El Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano y Regional (Cedure) propuso en 2021 el Plan Estraté­gico de Desarrollo Urbano Metropoli­tano, un proyecto colec­tivo para Santa Cruz de la Sierra, que fue presentado ese año al gobierno municipal.

Siete son los lineamientos estratégicos o “agenda de trabajo” de esta propuesta:

1) El manejo planificado del te­rritorio, para hacerlo eficiente, acce­sible, justo y sostenible con temas como la región metropolitana, la política de suelos para corregir la expansión dispersa, la especulación y la excesiva plusvalía aprovechada solo por privados, la protección de ecosistemas, controlar la segrega­ción socioespacial, los planes de ordenamiento sectorial, el diseño de los espacios públicos y el paisa­je urbano, la valorización del centro histórico, el manejo de densidades y tipologías etc.

2) La sostenibilidad ambiental para una ciudad saludable, ecológi­camente sostenible y para la vida, que promueve la cultura ambiental, los estilos saludables de vida urbana como la alimentación y el movimien­to, garantiza la salud psicosocial y la seguridad física de los ciudadanos, mejora los factores ambientales que inciden en la salud (aire, agua, vege­tación, clima) y garantiza el acceso a los servicios de salud preventiva y curativa.

3) La superación de la brecha y la búsqueda de la convergencia en la economía urbana dual, caracteriza­da por el contraste entre la informa­lidad y la modernidad, y entre lo local y lo global, mediante la transforma­ción productiva, que supere la baja productividad de la informalidad y el escaso empleo que genera la mo­dernidad.

4) La búsqueda de la eficiencia y racionalidad en la prestación de los servicios urbanos de movilidad urbana, abastecimiento, drenaje, es­pacios públicos y desechos sólidos que son los que garantizan calidad física de vida urbana.

5) Es fundamental una ges­tión pública local diferente: Abierta, transparente, participativa, demo­crática, descentralizada, sin cliente­lismo político y con mecanismos de control social. Para que eso suceda es fundamental que la sociedad civil desarrolle las capacidades que se requieren para poder participar efec­tivamente en los procesos de plani­ficación, monitoreo y seguimiento, liberándose de la cooptación a que está sometida por las autoridades. Buscar las nuevas formas de pro­moción de la democracia, para pro­mover la participación, la institucio­nalidad y la justicia, que garanticen el acceso de todos a esos beneficios.

6) Asumir que somos una socie­dad multiétnica y de profundas dife­rencias sociales y económicas que no podemos aceptar pasivamente. Se debe combatir la pobreza multi­dimensional, la exclusión, la segre­gación, la falta de oportunidades, de justicia y los limites al acceso de la información, la participación, la se­guridad y el conocimiento. Especial atención deben merecer los grupos humanos más vulnerables hacia los cuales se debe organizar las nece­sarias redes de protección.

7) Como ciudad educadora, debe Promover la cultura ciuda­dana, identificando los auténticos valores y saberes para el siglo XXI que se deben promover, aportando la información, métodos y los co­nocimientos que se requieren para una cultura de la convivencia urba­na, una cultura política, una cultura ambiental, una cultura científica, tecnológica y de la investigación, una cultura artística, una cultura productiva, una cultura institucional que dé acceso a la administración, la planificación participativa y a la justicia.

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