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Santa Cruz: Un viaje al antaño por edificaciones que perduran

Museo Historico de Archivo interior

Santa Cruz se desarrolla en todos sus ámbitos, en unos más acelerado que otros, pero avanza. Y la arquitectura tiene un lugar importante, los habitantes realizan la mayor parte de sus actividades, como trabajar, estudiar, comprar, vender, circular, descansar, en distintas edificaciones

Adela Navel Arroyo

Cada construcción es una huella que refleja parte de la vivencia de los ciudadanos de un momento determinado. La primera expresión de la arquitectura cruceña fue el Pahuichi, el típico hogar a base de madera y hojas de motacú, reflejo de un mestizaje cultural.

Después, poco a poco las viviendas se consolidaron en uno hasta tres patios, con muros de adobes, elevadas un poco por las inundaciones, con horcones de madera y teja colonial, según Cinthia Giménez, arquitecta especialista en gestión de patrimonio cultural. Posteriormente se consolido el corredor hacia la calle, que luego se amplió hacia atrás, manteniendo cuartos en fila y patio.

El corredor en exterior fue clave para las famosas tertulias, proteger de la lluvia a los peatones, a la pared de las erosiones y mantener temperaturas favorables al interior de la vivienda, necesarias ante el clima caluroso de Santa Cruz. Este tipo de edificaciones se fueron dando en una época de mejores condiciones socioeconómicas donde la actividad en la producción agrícola y ganadera estaban muy presentes.

De acuerdo al artículo del arquitecto Víctor Hugo Limpias, publicado en Revista Aportes de la Comunicación y la Cultura, en el auge agroindustrial y la goma elástica del norte amazónico se adoptó la estética neoclásica republicana, conservando los corredores y patio, un ejemplo vigente es la Casa de Gobierno, parte del peatonal del casco viejo, situado en el centro de la Plaza 24 de septiembre.

En seguida influenció el Eclecticismo, una tendencia que se usó principalmente en la arquitectura pública, como el Colegio Nacional Florida, institución educativa más antigua de Santa Cruz, que este año cumplió 190 años desde su fundación. El Museo de Historia de Archivo y la Casa Melchor Pinto, que actualmente son visitables y tienen una función pública. También están los pabellones Sandóval y Santistevan del Hospital San Juan de Dios y La Casa de Peregrín Ortiz, entre otros.

Fotos: Cortesía Andrés Bejarano

Por último, se da el neocolonial que rescata diferentes elementos de la arquitectura virreinal, como: el arco, la portada y la ornamentación colonial, cuyo ejemplo representativo es la Casa Bonino, una de las primeras mansiones lujosas de la ciudad de Santa Cruz.

Según Giménez, hasta aquí las edificaciones pueden entrar en la clasificación de arquitectura tradicional, que se puede considerar patrimonio cultural, en la actualidad perdurarían más de 200, según el Proyecto del Centro Histórico, PROCEHI, único catalogo existente desde su aprobación hace 30 años. Las mismas presentan desafíos para su conservación, desde la dificultad de conseguir los materiales o el costo en relación a los nuevos en el mercado, hasta una normativa desactualizada, con más restricciones que incentivo, por lo que los propietarios prefieren abandonarlas hasta que se destruyan, para hacer construcciones nuevas.

Por otra parte, debería existir la arquitectura nueva logrando una compatibilidad. Además, el centro histórico se está convirtiendo en un lugar de paso, del servicio, de restaurante, “incompatible con esa lógica de conservar áreas históricas donde también haya edificios patrimoniales”, dijo.

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