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Eliana Bórmida: “Nuestro trabajo es hacer una arquitectura que tenga identidad”

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Es la arquitecta del vino. Ha edificado más de 30 bodegas vitivinícolas en países como Argentina, su país de origen, Brasil, Rusia y Bolivia. Llegó a la capital cruceña para hablar sobre “Cimientos de la industria vitivinícola”, actividad organizada por el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz, la Sociedad de Estudios Patrimoniales y el Colegio de Arquitectos de Bolivia.

¿Cómo incursiona en la arquitectura vitivinícola?

En nuestro estudio tuvimos la oportunidad de trabajar en arquitectura del vino justamente cuando a fines de los años 90 empezó el posicionamiento del varietal Malbec en los mercados internacionales. El Malbec es un varietal de origen francés que tenía mucho prestigio en Europa, pero a fines del siglo XIX hubo un problema de sanidad con la uva, la filoxera, y terminó con la producción de Malbec en Francia, pero resulta que a mediados del siglo XIX se había traído el Malbec como uno de los varietales a Mendoza; entonces con el paso del tiempo este varietal impactó favorablemente en los mercados internacionales cuando empezó el fenómeno de la globalización, en ese momento nosotros habíamos trabajado para algunas bodegas locales, ayudándoles a crear algunos espacios temporales para recibir a la prensa especializada, que empezaba a llegar de Europa para ver cómo era este fenómeno y las tierras donde se estaba elaborando vino Malbec.

Cuando en un determinado momento las políticas económicas cambiaron y un vino que estaba destinado al mercado interno pasó a tener oportunidades de exportación favorables, algunos extranjeros se interesaron por invertir en Mendoza para hacer nuevas bodegas, para una nueva enología que pudiera elaborar vinos con buen recibimiento en los mercados internacionales pero que además pudieran recibir visitantes, porque Mendoza internacionalmente no era conocida a fines de los 90. Como nosotros ya estábamos incursionando en obras menores, nos llamaron para hacer las grandes bodegas y en unos seis años hicimos aproximadamente ocho bodegas que llamaron muchísimo la atención, todas eran para inversores extranjeros valientes porque venían a apostar en una tierra que no era conocida todavía, pero los resultados fueron favorables, así nació la industria del turismo en Mendoza, muy asociada a la industria del vino.

¿Cómo define el trabajo que realiza con su estudio Bórmida & Yanzón?

Nuestro trabajo es hacer una arquitectura que tenga identidad, porque en el tema del vino es muy importante relacionar el vino como un producto de la tierra que nace en el viñedo y se termina en la bodega, cada vez más las personas que les gusta el vino se interesan por conocer vinos diferentes, que representen el lugar donde se hacen y que también estén rodeados por su cultura. Por eso lo que más representa nuestra obra es que la trabajamos como una arquitectura del paisaje, entendiendo que no es solamente lo que se ve sino también lo que se siente de ese lugar, donde funcionan también las costumbres, las formas de vida, el clima, el tipo de suelo, en fin, nuestra arquitectura no tiene nada que ver con Santa Cruz de la Sierra por ejemplo porque nosotros vivimos en una región muy árida donde casi no hay vegetación, entonces hay mucha piedra, mucha arena y no hay madera.

Nos comentaba que antes Mendoza no era muy conocida, ¿de qué manera ha aportado la arquitectura del vino al turismo en esta provincia argentina?

Se ha desarrollado increíblemente el turismo, en este momento la provincia Mendoza es un territorio grande y tiene mil bodegas, de las cuales más de 120 son abiertas al turismo, o sea se pueden visitar todo el año, tienen restaurantes, bares de vino, alojamiento, algunas tienen hoteles, se hacen muestras de arte, conciertos y el gobierno desarrolla junto a los privados unos programas interesantes, por ejemplo música clásica por los caminos del vino donde en época de semana santa varias bodegas se abren para hacer conciertos, el rally de las bodegas con autos clásicos y también tango por los caminos del vino, se ha desarrollado muchísimo la gastronomía de alto nivel, han crecido los restaurantes, o sea es muy recomendable que las bodegas se interesen por desarrollar conjuntamente la unidad de negocios del turismo, porque se apoyan mutuamente y dan buen resultado, tanto para el posicionamiento del vino como del lugar. Mendoza hoy produce el 70% de los vinos de nuestro país, da 1.000 puestos de trabajo directo y 250.000 indirectos.

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