La Responsabilidad Social es una respuesta del sector empresarial para impactar positivamente en el lugar donde opera en los ámbitos de inclusión, equidad de género, medio ambiente, educación y otros.
La RSE ingresó en Bolivia hace poco más de una década y era en ese entonces visualizada como donaciones, acciones filantrópicas, destino de fondos a proyectos o hacia sectores y poblaciones menos favorecidas, que en los mejores escenarios formaban parte de algún eslabón de la cadena de la empresa, pero que en su mayoría beneficiaban a un público externo que poco tenía que ver con el ámbito de negocio de la misma.
Poco a poco las actividades fueron evolucionando hacia una visión de inversión social para favorecer a un público más cercano, los grupos de interés, donde tuviese un impacto mayor que beneficie también a la empresa. De esta manera, las acciones de RSE se volvieron parte de una gestión estratégica empresarial, que involucra a los actores de la cadena de la empresa de forma transversal.
“La Responsabilidad Social es una respuesta del sector empresarial para impactar en el lugar donde opera en los ámbitos de inclusión, equidad de género, medio ambiente, educación y otros, que generen mayor valor para sus trabajadores, clientes y sociedad en su conjunto”, indicó Javier Espada Valenzuela, máster en Sostenibilidad.
Según el experto, en un inicio la RSE sólo aportaba en aspectos reputacionales o de marca. Hoy en día permite abrir mercados internacionales; conseguir clientes cada vez más informados; evitar riesgos de incumplimiento normativo y sancionatorio y más que nada, contar con trabajadores y clientes fidelizados que seguirán trabajando para una empresa responsable y comprándoles sus productos.
A decir de Heiver Andrade, gerente general de Amigarse Consulting, el concepto y modelo de gestión se lo viene promoviendo en Bolivia desde hace aproximadamente 20 años. Inicialmente las empresas petroleras fueron las grandes impulsoras; desde hace 7 años, son las instituciones financieras que lo están impulsado gracias a normativas que emitió la ASFI y obligó a todo el sistema financiero a alinearse con el modelo de Responsabilidad Social Empresarial.
Hoy, todo el sistema financiero presenta Balances Sociales y en el proceso están involucrando a sus principales proveedores. Esto significa también que están realizando una serie de innovaciones que giran en torno a la sostenibilidad. Los paneles solares que tiene el Banco BISA en sus principales infraestructuras, por ejemplo, responde a una necesidad de reducir su huella de carbono, es decir conocer-medir-gestionar su huella. Otras industrias como Coca Cola, Fagal(Nestlé), Repsol, Aguaí; sobresalen por la definición de sus metas en torno al NET ZERO y sus procesos de innovación circulares que tienden a reducir residuos y generar procesos más sostenibles.
Asimismo, el experto se refiere a los principales problemas que deben afrontar las empresas: “Los entendidos sienten que debemos ser más ambiciosos en la reducción de las emisiones, invertir masivamente en energías renovables y terminar con nuestra adicción a los combustibles fósiles, prevenir la escasez de agua y el incremento de la aridez de la tierra”.
NORMATIVAS
- El Reglamento de RSE para las entidades de intermediación financiera emitido por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) en el 2013 se convirtió en un documento que guía a las entidades financieras a implementar políticas, gestionar acciones de RSE, destinar recursos y a que sus programas sean calificados por instituciones externas.
- En diciembre de 2021 la Gobernación de Santa Cruz promulgó la Ley Departamental de Incentivos a las Prácticas de RSE, dirigido a las empresas que se encuentren ejerciendo actividades dentro de la jurisdicción del departamento.
PUNTO DE VISTA
JAVIER ESPADA VALENZUELA, MÁSTER EN SOSTENIBILIDAD
“Desde lo público se debe ver a la RSE como algo que merece discutirse, implementarse y ejercerse”
Si bien ya se ha logrado entender qué es la RSE, aún no se comprende su grado de vinculación y complementación con la Sostenibilidad. Todas las empresas deberían estar velando no solo por los ingresos financieros, sino por el valor social de su marca a través de sus acciones y el impacto que tienen en el planeta. Se debe entender que las decisiones estratégicas de hoy permitirán que la empresa continúe operando en el futuro y que lo financiero, si bien es importante, no es el único factor para la supervivencia de cualquier negocio.
Por otro lado, muchos países (principalmente de la Unión Europea) han comenzado a elaborar normativas cada vez más exigentes para impulsar la RSE y la Sostenibilidad de las empresas públicas y privadas. En Bolivia rige una regulación para todas las entidades de intermediación financiera del país desde 2015, pero hace poco la Gobernación de Santa Cruz emitió una norma departamental sobre RSE. Se espera que en La Paz ocurra algo similar.