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Desde octubre rige la Guía Boliviana de Diseño Sísmico para edificaciones públicas y privadas

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A través de las entidades colegiadas de ingenieros civiles de cada departamento, se debe difundir y promover para así cumplir y realizar el control de la Guía. Es imprescindible que los municipios adopten los lineamientos para utilizarlos y exigir su cumplimiento.

Eliana Ferrufino

A partir del mes de octubre pasado las empresas deben implementar la Guía Boliviana de Diseño Sísmico (GBDS) en la construcción de estructuras públicas y privadas, tales como edificios de vivienda, oficinas, hoteles, restaurantes, escuelas y hospitales, informó el viceministro de Vivienda y Urbanismo, Vladimir Ameller Terrazas. El documento normativo fue presentado en septiembre y fue aprobado mediante Resolución Ministerial N° 177 por el Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda (Mopsv).

“La Guía tiene directrices para preparar a las nuevas construcciones para resistir sismos acordes a la amenaza sísmica definida en los mapas probabilísticos hechos por el Observatorio San Calixto. Para las construcciones antiguas se dan lineamientos para una evaluación de su capacidad sísmica resistente y realizar refuerzos estructurales con base en normas internacionales reconocidas”, explicó Ameller.

El Viceministerio de Vivienda y Urbanismo es el conductor de su correcta aplicación en las distintas entidades públicas y privadas. Asimismo, debe coordinar con los distintos niveles de Gobierno y las universidades para que se interioricen sobre la norma. “Actualmente, el Viceministerio no tiene atribuciones para llevar acciones de regulación y fiscalización como lo haría la ASFI, APS o ATT”, aclaró acerca de crear un ente regulador que haga seguimiento de la implementación de la GBDS.

Por su parte, el ingeniero Rolando Grandi, presidente del Comité Técnico responsable de la elaboración de la GBDS, resaltó la clasificación de tipos y estructuras, así como la clasificación de suelo de cimentación que se desarrollaron en la norma. Sobre la clasificación, las edificaciones de tipo IV son las más importantes (hospitales, edificios gubernamentales, cuarteles de policía, centrales eléctricas, radios de comunicación, entre otros), porque ante un sismo severo deben seguir funcionando para que canalicen y atiendan a la población.

Las de tipo III están pensadas en la cantidad de gente que se aglomera en ellas, como museos, templos, estadios, cines o teatros; las de tipo II son el común y corriente de las estructuras: viviendas, departamentos, oficinas, hoteles, restaurantes. Las de tipo I engloba edificaciones poco relevantes, es decir, por más que el sismo las destruya no afecta (establos, depósitos, casetas, paredes y otros).

Asimismo, “se ha clasificado los tipos de suelos, porque más o menos desde los años 1980 – 1985, con los sismos en México y en Chile, se confirmó que tienen gran participación en la acción sísmica, ya sea que permiten que las ondas pasen directamente, sin mayor amplificación, o por suelos malos que generan amplificación del diseño sísmico”, detalló el ingeniero. En total son seis, desde el S0 (roca dura) hasta el S4 (blando), el S5 requiere un estudio especial.

SECTORES MÁS BENEFICIADOS: INMOBILIARIO Y DE SEGUROS
El ingeniero Álvaro Quisberth Huayllani, miembro del Comité Técnico, expresó que los sectores más beneficiados serán el inmobiliario y de seguros. En el primer caso, las nuevas edificaciones, ante una eventual acción que exceda la probabilidad considerada, se espera que sufran daño, mas no colapsen. Ello va de la mano del tema de las pólizas de seguro, ya que podrán ajustar sus primas con bastante precisión al poder evaluar el riesgo, que depende de la amenaza y vulnerabilidad.

La GBDS determina las acciones dinámicas a las que estarán sometidas los elementos estructurales, el dimensionamiento se realiza mediante la NB 1225001. “La compatibilidad total en criterios de seguridad entre ambos documentos permite contar con una probabilidad de falla bastante baja en nuestras estructuras; lo que conlleva a que los proyectos futuros cuenten con un detallamiento más refinado y las especificaciones técnicas sean actualizadas, debiendo exigir mayor calidad, sobre todo en materiales y nivel de ejecución”, aseguró.

Recomendó a los profesionales del rubro cambiar el paradigma actual, porque la verdadera optimización se obtiene mediante el empleo de procesos estadísticos en el control de calidad de un producto, en este caso un edificio. Además, las autoridades, principalmente municipales, deben desarrollar mecanismos de control de ejecución de las edificaciones, que reduzcan cada vez aquellas de mala calidad.

BOLIVIA, UN PAÍS SÍSMICAMENTE MODERADO
El director del Observatorio San Calixto, Gonzalo Fernández Marañón, afirmó que el territorio nacional tiene sismicidad en distintos grados. “Tenemos 13 zonas sísmicas, que se dividen en fuentes superficiales (la distribución espacial de los sismos cuenta con una profundidad menor a 70 kilómetros), los sismos intermedios con profundidades entre 100 a 350 kilómetros y los sismos profundos con profundidades entre 500 a 700 kilómetros”, expuso.

Según Fernández, los terremotos que probablemente afectarían más a las construcciones son los superficiales, los cuales están relacionados al acortamiento y deformación natural de la corteza. ¿Qué departamentos podrían experimentar aceleraciones máximas probables? Cochabamba, Chuquisaca y Santa Cruz, sin descartar también las fuentes sismogénicas lejanas que afectan al occidente del territorio, es decir, La Paz, Oruro, posiblemente Potosí y Tarija, por la sismicidad de Argentina.

El Observatorio realizó el mapa probabilístico de amenaza sísmica publicado en la GBDS. “Hicimos ese trabajo para proporcionar al Comité Técnico las aceleraciones máximas probables, con dos períodos de retorno: 475 y 2475 años, con sus respectivas excedencias, del 10% y 2%; dichas aceleraciones sirven para que se pueda definir el diseño de una estructura sismorresistente. Entregamos la zonificación sísmica del país, influenciada por sismos corticales, intermedios, profundos y fuentes lejanas, a través de mapas con aceleraciones probabilísticas del movimiento del suelo”, acotó.
Si bien el mapa se elaboró en tres años, se aspira actualizarlo cada cierto tiempo, aproximadamente dos años, con nuevas tendencias y metodologías de cálculos.

Álvaro QuisberthMiembro del Comité Técnico

Un antes y un después en la ingeniería y el diseño sísmico

El primer documento boliviano referente al tema salió a la luz el año 2006. Desde entonces, se ha motivado a los propietarios y proyectistas en adoptar dicho diseño, pero la falsa percepción de que somos un país no sísmico, junto con la gran informalidad en la construcción de edificios, ha generado un enorme perjuicio en el área, haciendo pensar a la población que era un gasto insulso y que no valía la pena contratar a profesionales entendidos en la materia.
En contraposición, un pequeño número (no cuantificado oficialmente) de los edificios más importantes en las capitales de departamento contemplan este diseño, puesto que los propietarios buscan cuidar esas millonarias inversiones. Cabe resaltar que una estructura será sismorresistente siempre y cuando, además del diseño, sea ejecutada bajo los lineamientos con que fue concebida.
En el área de la Ingeniería Sísmica y Sismología el camino está trazado. Sin embargo, el capital humano debe estar actualizado de manera constante. En ese sentido, en noviembre se realizarán las primeras Jornadas Internacionales en Ingeniería Sísmica y Sismología (JIISS) de forma virtual y gratuita.

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