El primer semestre del año el rubro ha mostrado una leve mejoría. Se espera que crezca un 2% si la inversión pública prevista para este año se ejecuta en su totalidad.
Verónica Muriel C.
La construcción continúa pasando por un mal momento. Está en proceso de reactivarse y recuperarse para volver a crecer, pero todavía no ha llegado a los niveles registrados en 2019, es decir previos a la pandemia.
A decir de Javier Arze, gerente general de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), la construcción se encuentra atravesando una fase de recuperación lenta que se sostiene en gran medida por los emprendimientos del sector privado y en menor proporción por el sector público, debido a que tanto la inversión como los proyectos para la gestión 2022 han disminuido con respecto a 2021.
En base al comportamiento registrado y el análisis de la tendencia del Centro de Estudios Económicos y Desarrollo (CEED) de Cadecocruz, se espera que el sector crezca 2,42% al cuarto trimestre de la presente gestión, tomando en cuenta los datos históricos de los últimos 3 años y la información del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Para alcanzar este índice de crecimiento, es fundamental que el Presupuesto General del Estado 2022 con una inversión pública de $us 5.015 millones, se ejecute en su totalidad, es decir en un 100%, que los recursos se destinen a proyectos que demanden mano de obra intensiva y generen trabajo para las empresas bolivianas. No obstante, los indicadores oficiales del último quinquenio, muestran que la ejecución presupuestaria promedio no llega al 70%.
“La inversión pública es crítica para el compo ejecución de obras con recursos de las entidades públicas, tanto nacionales como regionales”, indicó Arze.
CIFRAS BAJAS
Respecto a la construcción privada, el número de permisos de construcción para el año 2021 de 2,31 millones de metros cuadrados, según datos del INE, es bajo comparado con los 2,85 del 2019 o con los 3,11 del 2016. Esto muestra que la inversión privada no está en su mejor momento, según Marcelo Alfaro, gerente general del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón (IBCH).
En cuanto a la inversión pública, han salido algunos proyectos importantes tanto del Gobierno central, así como de Gobernaciones y Alcaldías, sin embargo, muchos otros proyectos importantes que se habían anunciado como por ejemplo Santa Cruz – Las Cruces – Buena Vista todavía no se han licitado, lamentó Alfaro.
“Bolivia necesita imperiosamente muchas obras de infraestructura, se continúa hablando de corredores bioceánicos, ya sea por carretera o por ferrovía, también es importante lograr una vinculación útil por Puerto Busch para mejorar las condiciones del sector exportador, sin embargo, estas obras dependen fundamentalmente de que exista una voluntad política para llevarlas adelante, ya que su importancia es incuestionable”, indicó Alfaro.
Por otro lado, la reducción de la inversión pública en proyectos de infraestructura es uno de los principales problemas del sector en el primer semestre de este año.
Javier Arze explica que este año suman 506 los proyectos de inversión aprobados en los presupuestos de las gobernaciones del país; es decir 73 proyectos menos que en la gestión 2021. El monto de inversión igualmente registra una disminución.
El destino de la inversión de las gobernaciones en territorio nacional prioriza el sector Caminos, que representa el 45% del total, seguido de los rubros Agropecuario con 18%, y Fortalecimiento Institucional con 12%.
En fin, la construcción registró una desaceleración a partir del 2019, que se intensificó el segundo trimestre de 2020 con la paralización de actividades por la pandemia del coronavirus.
Los datos del INE señalan que el 2021 creció un 17,89%, sin embargo, este indicador es todavía inferior a la caída del 19,03% del 2020, por lo que no significa que se recuperaron las grandes pérdidas que provocaron el cierre definitivo de muchas constructoras, mientras que otras aún no superan sus crisis financieras, generadas no solo por los factores citados, sino por la falta de pago de las entidades públicas (de nivel nacional, departamental y local) de las deudas acumuladas con las constructoras por concepto de planillas de avance de obra devengadas.
Asimismo, en la gestión 2021, el sector constructor aportó de manera directa con 3,97% (4% en números redondos), al PIB nacional, lo que representa Bs 1.800 millones.
En términos absolutos, en 2019 el sector constructor aporrtamiento de la construcción, pues el 72% de la actividad del sector está directamente relacionada con la tó al PIB nacional un total de Bs 1.983.155, y la gestión 2020 este aporte fue de Bs 1.605.674, mientras que en 2021 se dio un PIB de Bs 1.892.937. Estas cifras muestran que todavía falta recuperar un 4% para alcanzar los niveles de 2019 previos a la pandemia.
COMPORTAMIENTO DEL CEMENTO
El INE ha publicado datos estadísticos de ventas de cemento sólo hasta el mes de abril de 2022, de manera que únicamente se puede realizar una evaluación de cuatro meses con la información disponible.
Con respecto al año 2021, las cifras del INE indican que las ventas totales de la industria cementera llegaron a 3,613,144 toneladas con una mejora significativa con respecto al 2020 que apenas llegaron a 3,031.190, cifra que no alcanza a las 3,956,990 del año 2019. Dicho de otra forma, el año 2021 cerró con un 8.7% por debajo del valor alcanzado el 2019.
Se nota un incremento en las ventas de cemento a nivel nacional del 11.5%, porcentaje que comparado con el mismo período de 2021 es alentador. Sin embargo, al compararlo con el último año antes de la pandemia que es el 2019, el valor se sitúa todavía por debajo en un 3.28%, de manera que, lamentablemente, el acumulado hasta abril indica que todavía no se ha llegado a las cifras pre-pandemia.
“Podemos hablar de una recuperación, pero todavía no de crecimiento. De todos modos, el primer cuatrimestre no brinda un panorama definitivo, pero es un indicador de que para lograr un crecimiento verdadero del sector constructor se requiere de un mayor impulso, especialmente en obras de infraestructura”, recalcó Marcelo Alfaro.
DINAMIZADOR DE LA ECONOMÍA
El sector constructor es generador de empleos masivos por excelencia; demanda una diversidad de mano de obra, al igual que de profesionales y técnicos. Al primer trimestre del 2022, la población ocupada en la construcción presentó una variación positiva de 1,27% con respecto al 2021, manifestó Javier Arze.
La industria de la construcción está relacionada con 17 sectores de la economía, desde el financiero y de comercio, hasta el transporte y servicios, entre otros. Es una de las principales dinamizadoras por su amplio efecto multiplicador.
Según Alfaro, el sector genera desarrollo en todos sus ámbitos de acción, por ejemplo: vías, puentes y túneles mejoran la capacidad de comercio y la competitividad del país beneficiando a productores agrícolas, mineros, acceso a sitios turísticos que puede atraer visitantes de otros países, ya que se habla mucho de la belleza de los parques nacionales, pero las vías de acceso en la mayoría de los casos son difíciles, entonces necesitamos la infraestructura para que crezca Bolivia. También puede facilitar el acceso a la vivienda, generar infraestructura de servicios que son tan necesarios para mejorar la calidad de vida de la población.
ASÍ OPINA
“Es un buen momento para repensar si es conveniente que algunas obras en construcción en asfalto puedan ser modificadas a pavimento rígido”
Marcelo Alfaro, gerente general del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón (IBCH)
Hay algunas obras importantes como el millón de metros cuadrados que se construye por el Gobierno Municipal de Cochabamba y también un plan de pavimentación muy grande del Gobierno Municipal de Santa Cruz. Por otra parte, también se encuentra en construcción Okinawa I-II con financiamiento del Gobierno de Japón, se han iniciado las obras de Sucre – Yamparáez en Chuquisaca y se ha iniciado el Aeropuerto de Potosí, que tiene pista, calle de rodaje y plataforma de pavimento rígido, que asegura su durabilidad con bajo mantenimiento. Los tramos carreteros de Pando que se encontraban en construcción y tuvieron dificultades, se espera que se reactiven en breve.
Como es ya habitual en Santa Cruz, la mayoría de las urbanizaciones privadas, o lotes con servicios también utilizan pavimento rígido, destacando “La Nueva Santa Cruz” que es una obra muy grande que está construyendo vías importantes.
También debemos considerar que, por efecto de la guerra en Ucrania, el asfalto se ha encarecido notablemente y por tanto, las carreteras de alto tráfico son más económicas a inversión inicial en pavimento rígido que en flexible´, sin mencionar sus ventajas de durabilidad. Incluso vías camineras de bajo volumen de tráfico pueden tener precios muy competitivos en pavimento rígido.
Es un buen momento para repensar si será conveniente que algunas obras en construcción en asfalto puedan ser modificadas a pavimento rígido, si bien es algo que exige una justificación amplia y en muchos casos una definición de organismos financiadores y de la entidad contratante, es perfectamente posible hacer un rediseño y el beneficio de contar con una carretera para al menos 20 años de durabilidad del pavimento justifica ampliamente dejar de depender del asfalto importado para nuestras vías urbanas y camineras. En estos aspectos, el IBCH brinda asesoramiento técnico para el diseño de vías tanto urbanas como camineras en pavimento rígido, suelo-cemento y otras técnicas constructivas.