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La construcción creció un 33% en 2021, requiere estabilidad y seguridad para reactivarse el 2022

Breve-Historia-Construcción

Uno de los sectores que genera mayor cantidad de empleos es la construcción. En 2019, generó aproximadamente 465.000 empleos directos y 1.000.000 indirectos, involucró a 17 rubros directos. Este año que se va el rubro no ha alcanzado los niveles de 2019, antes de la pandemia y depende significativamente del estado de la economía, que en este momento no es de los mejores.

Eliana Ferrufino A.

El sector de la construcción tuvo una recuperación continua en 2021 y fue una de las principales actividades económicas con mayor crecimiento desde enero hasta agosto de 2021. La tasa acumulada asciende a 33.72% y produjo que las ventas de cemento se incrementaran en un 39.50%, informó el Instituto Nacional de Estadística (INE), a través del Índice Global de la Actividad Económica (IGAE).

“Las actividades con mayor crecimiento acumulado al mes de agosto, según el IGAE fueron la minería 55.57%; transporte y almacenamiento, 40.06%; construcción, 33.72% y petróleo y gas natural 11.13%; sectores que en conjunto incidieron en el crecimiento acumulado en 6.03 puntos porcentuales”, indica el informe del INE. De esta forma, el rubro constructor es el tercero que más aportó al Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Para el IGAE, el crecimiento del rubro se debió en gran proporción a la producción y ventas de cemento, con valores de 28.7% y 39.5%, así como de las importaciones de insumos, que se incrementó en un 31.26%, en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Más allá de estos datos, el gerente general del Instituto Boliviano del Cemento y Hormigón (IBCH), Marcelo Alfaro, alertó que el sector constructor, como todos los actores económicos del país, necesita principalmente de estabilidad y seguridad jurídica para reactivarse.

“Si analizamos el sector del cemento, es obvio que los indicadores con respecto al 2020 son mejores, pero el análisis con respecto al 2019 continúa marcando una importante caída”, explicó. La última información que ha publicado el INE en su sitio web señala para el período enero-septiembre del 2019 un total de ventas de 2.951.944 toneladas; mientras que para el 2021 sólo alcanza a 2.618.267 toneladas, lo que significa una caída del 11.3%, como dato de interés el 2020 registró una caída del 23.3% con respecto al 2019.

Alfaro aclaró que el panorama no es de los mejores para la industria del cemento, cuyas ventas son un indicador muy claro de la industria de la construcción en general. Por tanto, el rubro constructor todavía no ha alcanzado los niveles de 2019, antes de la pandemia.

Desde la perspectiva de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), el presidente Luis Bustillo dijo que el sector ha tenido, desde años anteriores al 2019 y pasando por la pandemia, momentos difíciles tanto en la ejecución de las obras pública y privada, que se han visto paralizadas por la situación sanitaria. En la obra pública se han tenido inconvenientes con los pagos, que han impedido al empresariado cumplir en varios casos con sus compromisos financieros, laborales, tributarios y otros que le hacen a la construcción.

2021: MARCADO POR VENTA DE CEMENTO, SUPERFICIE Y PERMISOS DE CONSTRUCCIÓN

Bustillo detalló que, según información del INE, la superficie de construcción alcanzó a 1.947.773 metros cuadrados (m2) el 2020, que representa el 64.11% de los permisos en superficie otorgados en la gestión 2019. El 2021, para el mes de septiembre, los permisos de construcción ascienden a 1.816.250 m2, cantidad significativamente mayor a un período similar de la gestión pasada (68%), efecto ocasionado por la cuarentena que se tuvo en el país.

En su reporte Bolivia: número de permisos de construcción desagregado por tipo de trámite, según año y mes (2008 – 2021), el INE mostró que, en 2021, de enero a septiembre se entregaron 3.901 permisos en total, 3.450 permisos aprobados de planos para construcción, 363 de legalización y regularización y un número de 88 de otros documentos. El mes en el que más se aprobaron planos fue en abril y en el que se legalizaron y regularizaron más documentos fue en enero.

Solo por comparar datos, en 2019 se emitieron 6.396 permisos de construcción y en 2020 la cifra descendió a 4.121. Sin embargo, para el 2021 se espera alcanzar o incluso superar los números de 2019.

En cuanto al cemento, el presidente de la Caboco manifestó que la venta a nivel nacional, en comparación a julio de 2020 que llegó a 231.662 toneladas métricas, para julio de 2021 las ventas alcanzaron a 325.789, a similar período existe un incremento evidente de 41%.

LA INVERSIÓN PÚBLICA FUE DE $US 4.011 MILLONES

La inversión pública para la gestión 2021 asciende a $us 4.011 millones, con un monto de 1.452 millones para el sector infraestructura, monto menor en 9.89% en comparación al 2020, la inversión pública ejecutada a junio de 2021 en comparación a similar semestre fue de 111%, informó el presidente de la Caboco, aunque no se tiene contemplado los datos departamentales.

El gerente comercial de Cimal, Andrés Chávez, comentó que este fue un año complicado para el sector público, en el cual se sintió un crecimiento lento. La inversión pública no fue suficiente y varias constructoras que trabajan con el Estado se han visto dificultadas en su liquidez para cumplir con compromisos anteriores a la pandemia. La participación de la empresa principalmente se enfoca en proyectos privados y por intermedio de empresas constructoras hacia proyectos de inversión pública.

A su turno, el gerente comercial de Gladymar, Luis Fernando Arias, dijo que la Industria cerámica boliviana viene siendo fuertemente afectada en los últimos años, dada la caída en la actividad de la construcción desde los años 2017 y 2018, sumado al crecimiento desmedido de los productos importados provenientes principalmente de China y Brasil, que han copado hasta un 30% aproximadamente del mercado interno. La pandemia y la cuarentena rígida vivida durante una buena parte del 2020 no han sido de ayuda para el sector.

Gladymar, todos los años, participa de proyectos públicos y privados, su compromiso es el desarrollo urbanístico del país entregando productos altamente competitivos que satisfagan las necesidades de los clientes a través de la excelencia en procesos, servicios y diseño. “Algunos de los proyectos más icónicos de este 2021 fueron plazas principales de algunas ciudades, universidades públicas y privadas, nuevas sucursales de la banca, mercados municipales, centros de salud, aeropuertos, viaductos, entre otros. Nos llena de orgullo porque hemos generado la confianza a través de los 37 años que llevamos de arduo trabajo en el mercado”, destacó.

La jefe nacional comercial de Plussteel, Erika Paz, notó que la inversión pública en la construcción bajó mucho este año, porque hay pagos pendientes a las empresas por planillas. “Hemos evidenciado que se ha paralizado esta inversión en el sector, no han salido nuevos proyectos, como Plussteel apuntamos a aquellas obras que se reactiven la siguiente gestión”, agregó.

Acotó que en 2021 no participaron de forma directa de ninguna obra pública, sino de algunas por medio de constructoras, además que eran proyectos del año pasado y en realidad fueron una merma de la inversión pública. La proyección de Paz es que en los siguientes trabajos que formen parte también se tomen en cuenta los complementos de la construcción en seco, que es la novedad de Plussteel para el rubro.

EL DILEMA DEL EMPLEO Y DEL DESEMPLEO

El reporte del IGAE resalta que la población ocupada en la actividad de construcción en el área urbana de Bolivia llegó a 391.000 personas en agosto de 2021. No obstante, Bustillo expresó que, si bien en datos oficiales la construcción está en recuperación, llegando a ser el tercer mayor participante en el PIB, hay que ver la realidad más que los datos: cuántas empresas efectivamente están trabajando, cuántas han prescindido del trabajo de las personas, generando desempleo, y cuántas han cerrado.

“Un indicador es la cantidad de empresas que han actualizado su matrícula de comercio, es decir cuáles efectivamente estarían trabajando y, según datos de Fundempresa, del total del sector solo el 23% ha efectuado su actualización, esos datos llaman la atención”, alertó.

Recalcó que, en los últimos años, las constructoras bolivianas no han accedido a trabajos de proyectos grandes o las megaobras, debido a las altas exigencias en garantías y experiencias que piden. En algunos casos, ciertos tipos de obras no han sido ejecutados en Bolivia en la magnitud que exigen, por lo que se los relegó a trabajar como subcontratistas.

Pese a las adversidades, Alfaro y Bustillo destacaron las fortalezas del rubro. “La principal fortaleza es justamente su capacidad para generar empleo y movilizar la economía, además de una serie de rubros transversales, dependiendo del tipo y características de cada obra, se movilizará maquinaria, equipo, cemento, acero, agregados, la producción de diversos materiales como ladrillos, cerámicas, madera, tecnología, prestaciones profesionales, repuestos, mantenimiento y varios otros”, dijo Alfaro.

Bustillo complementó que la construcción es un sector tan grande que toda la cadena productiva genera trabajo a aproximadamente 15 sectores. Bolivia tiene una disponibilidad de mano de obra para actividades relacionadas a la construcción bastante capacitada, ello engloba también la capacidad de las empresas bolivianas en experiencia, maquinaria y equipo de trabajo, el tamaño de las compañías, su estabilidad y proyecciones de crecimiento dentro de la construcción son sus principales fortalezas.

“El sector además genera desarrollo en todos sus ámbitos de acción, por ejemplo: vías, puentes y túneles mejoran la capacidad de comercio del país, benefician a productores agrícolas, mineros, acceso a sitios turísticos, etc. También puede facilitar el acceso a vivienda, generar infraestructura de servicios, etc. La construcción está íntimamente ligada con el desarrollo de un país”, enfatizó Alfaro.

EL RETO PARA EL 2022: TENER TRABAJO Y USAR MATERIALES NACIONALES

“Para la gestión 2022, esperamos como constructores tener realmente trabajo, que el Gobierno Nacional y las Subnacionales apoyen al desarrollo y crecimiento de sus empresas bolivianas, apoyen en la modificación de la norma de contrataciones y que se generen trabajos dignos. Muchos trabajadores, tanto profesionales, técnicos como mano de obra están desempleados, es por ello que nos ratificamos en la necesidad de tener normas que apoyen el trabajo de los bolivianos y eso solo lo lograremos con la atención oportuna de nuestras autoridades”, expuso Bustillo.

Por su parte, Alfaro dijo que es importante que las autoridades de todos los niveles gubernamentales se inclinen por el uso de materiales de construcción nacionales, como por ejemplo el uso de pavimento rígido que se construye en base al cemento nacional, en lugar de asfalto que es importado. Además, establecer pliegos de condiciones que faciliten la contratación de empresas bolivianas en lugar de constructoras extranjeras es esencial.

El Presupuesto General del Estado (PGE) para el 2022 establece un importante componente en infraestructura, de manera que se confía en que el sector constructor logre una mayor recuperación, alegó el gerente de la IBCH. Sin embargo, hay una reducción en los recursos de Gobernaciones y Alcaldías, que también son importantes generadores de proyectos.

“En todo caso confiamos en que al próximo año se tengan mejores resultados y se pueda por lo menos tener un nivel de ventas de cemento cercano a las cifras del 2019, para alcanzar esta meta, el crecimiento tiene que superar el 10% con respecto a este año”, apuntó.

Entre las oportunidades que se requieren para tener una reactivación efectiva de la construcción en 2022, Bustillo mencionó la ejecución de proyectos en nuevas convocatorias a nivel nacional y el acercamiento a las autoridades. En tanto, Alfaro señaló que la inversión pública es fundamental en un contexto de dificultades y crisis económica.

“Si bien la inversión privada es definitivamente importante, por citar algunos campos: lotes con servicios y pavimentos o bien edificios de vivienda y oficinas, centros comerciales, equipamiento industrial, etc.; el rubro depende significativamente del estado de la economía, que en este momento no es de los mejores”, finalizó.

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